Mientras busca que su música sea un lugar seguro, también intenta que identificarse como miembro de la comunidad LGTBIQ+ sea tan natural como asumirse de cualquier otra identidad.
Amal (George), nació con nombre de artista, hace 22 años en Montería (Córdoba) y su acento la delata como como costeña, pero también sus influencias musicales. Creció escuchando vallenato y porro, aunque el flamenco también ha hecho parte de sus preferencias musicales, las mismas que hoy definen su estilo como una de las promesas del pop alternativo.
Desde muy temprana edad sabía que la música y el arte, eran el motivo por el que había nacido y aunque desde un principio había sentido un profundo deseo por ser la mejor pianista del país, con los años, la voz de Amal (nombre con el que hoy se presenta la artista) se convirtió en su herramienta de expresión y libertad. La misma que no solo le ha ayudado a transitar los momentos más complejos de su vida, sino que también a identificarse con orgullo como parte de la comunidad LGTBIQ+.
“Yo quiero ser, con mi música, ese espacio seguro donde ser parte de la comunidad ya deje de ser valiente o deje de ser raro, sino que se sienta como algo tan natural como lo es amar, respirar. Quiero que deje de sentirse con una carga, porque yo soy capaz de habitar este mundo totalmente tranquila, de la manera más real del mundo, con mi música”, asegura Amal.
Sin titubear, siquiera por un segundo, cuando habla de su concepción de libertad y cómo quiere difundir ese mensaje a través de su música, en la que según explica siempre se incluye un “gay icon”.
A sus 16 años fue becada por el prestigioso Berklee College of Music, después de inscribirse sin mayores expectativas a una convocatoria que vio en internet y tras presentar su audición, ingresar con una beca. Amal tiene oído relativo, que es una cualidad que le permite identificar las notas musicales con mayor precisión y que habría sido clave para ganar dicho apoyo para sus estudios.
Así fue como sin miedos, por primera vez salió de su ciudad a estudiar en Boston y perseguir sus sueños. Allí se convirtió en una de los estudiantes más jóvenes de la universidad, y desarrolló su profundo amor por la música, las partituras y otros instrumentos que también toca como el ukelele, la guitarra, las congas y la melódica.
Entre las nuevas canciones de Amal vienen exploraciones con géneros como el vallenato o los afrobeats, además la artista asegura que vienen colaboraciones musicales, que aunque de momento no quisiera revelar, si podrían ser grandes sorpresas para sus seguidores. Todo con el fin de fortalecer la conexión con ellos, mientras lleva a su música a nuevos oídos, a todos aquellos que quieran ser parte de su comunidad de libertad, a través de sus canciones.
Foto: Camilo Marchena (QEPD)